Mi formación
Antes de terminar mis estudios de licenciatura en hispánicas todo era teoría e incluso también frecuenté muchos cursos de enseñanza del español como L2, cursos de literatura en la universidad de Granada y en Ceuta en los cursos de verano. Pero como digo mi formación ha partido de mi experiencia desde que, al finalizar la carrera, empecé a salir de lector de español por distintas instituciones de la Europa del Este. Indudablemente me he ido enriqueciendo a través del intercambio de formas de enseñar con otros compañeros durante este camino, así como en cursos de postgrado por la UNED, o universidades como la de Granada, Sevilla o la Rioja. Todo este proceso de aprendizaje ha ido siendo una paulatina suma de aciertos y errores, de los que ahora me alegro y me río, pero satisfactorios en general.
Mi experiencia
Aquí hacemos un viceversa a la primera pregunta y parece que se convierte en una pescadilla que se muerde la cola. Realmente todo está demasiado relacionado, más o menos de lo que en realidad quisiéramos. Desde que empecé a esto de ser profesor de ELE, todo eran dudas, miedos, inseguridades e incertidumbres. Sería por el año 1993, Uff!!! Qué lejano lo veo ya…. Pero al mismo tiempo, pese a que tampoco estaba seguro de que esta sería mi profesión/dedicación, por aquel entonces sentía una especie de curiosidad de saber cómo me las apañaría. Recuerdo que estando por primera vez de lector en la República Checa, el director de cátedra me dio de sopetón un libro de gramática española adaptada a hablantes checos y fue para mí como empujarme al ruedo sin anestesia… Hala, entra para el aula…!!! Es posible que todos nos hayamos sentido así, pero todo lo que en un principio parece imponer, se convierte en un placer compartido, por conocer a la gente que al aprender tu propia lengua, también te está conociendo como un futuro profesional y tu también van aprendiendo de ellos, a verte como profesor y a saber manejarte en este espacio compartido
¿Cuáles son mis puntos débiles y mis puntos fuertes como profesor?
Creo que a medida que uno se va viendo como profesional, va poniéndose ciertas metas que alcanzar o marcándose puntos de inflexión a partir de los cuales ir superando nuevas barreras. En mi caso, yo creo que más que hablar de puntos débiles o fuertes, ahora me pregunto por las cosas que más me gustan o las que menos me apetecen hacer en el aula en un momento dado. Ciertamente cada profesor es más reticente a realizar ciertas actividades en el aula que supongan, por ejemplo, que los alumnos interactúen lo máximo posible, o convertirse en un profesor santinbamqui, dicharachero, megacomunicativo, entusiasta, filibustero que acopla y acompasa pareceres y provee de menesteres sus alumnos según el momento lo requiera. Es todo un proceso, la verdad; y yo no sabría decir ahora cuáles son mis dolencias como profesor. Como sí me defino es como un profesor que intenta adaptarse a las circunstancias del aula y sacar provecho de ellas lo más posible.
¿Cómo han sido mis experiencias como estudiante de lenguas extranjeras?
En este punto puedo comentar que mi primera lengua extrajera fue el francés. Pero claro, hablamos de la lengua extranjera del instituto, que, por aquel entonces era estructuralismo puro y duro; demasiado mecánico y poco digerible. Luego, a medida que estudié el francés en la Universidad de Granada, paralelamente en la querida y nostálgica Maison de France, la relación con las lenguas extranjeras fue cambiando. Luego tocó irse de estudiante Erasmus a la Baja Normandía y fue cuando realmente experimenté la inmersión lingüística en un a lengua extranjera. La segunda inmersión real la hice cuando me tocó ir a la República Checa en un intercambio como lector. En el verano anterior hice un curso intensivo de checo en Olomouc, mi ciudad de destino, y la verdad es que fue toda una experiencia, incluso tenia un profesor que nos tocaba el violín y nosotros poníamos la voz a canciones folklóricas checas como la de HOLKA MODROKA… así que como alumno, puedo comentar que mis experiencias han variado tanto desde los distintos profesores que he tenido, como las circunstancias en que las he aprendido. Nada mejor, desde luego, que la inmersión, como para sentar una sólida base lingüística.
¿Qué me gustaba hacer en clase?
En clase intento hacer de todo, aunque reconozco que partiendo de la gramática, termino hablando de cultura. Con esto yo mismo observo que no hay que ser monolítico en lo que uno enseñe en ese momento, porque se corre el riesgo de caer en la monotonía. Esto lo he podido observar yo mismo como estudiante; ha habido momentos que me eran insoportables por la excesiva instrucción. Pero es lo que digo, siempre puedes ver que los alumnos muestran distintos tipos de disposiciones y el truco está en saber detectarlas a tiempo…
¿Qué cosas no me gustaban?
Antes no me gustaba la conversación, pero creo que eso se debía a mi propio desarrollo personal, a la madurez que te da la seguridad de saber hacer como han de hablar el grupo de tu aula, de hacerlos interactuar. Esta es creo, una habilidad que se gana con la experiencia y que se va enriqueciendo paulatinamente.
¿Quiénes son mis alumnos?
Mi alumnado ha sido muy heterogéneo. El perfil básico responde a un joven estudiante o a un profesional que lo aprende por interés propio, tal y como es frecuente en las academias o instituciones oficiales donde he enseñado. Si retrocedo unos tres años más, me vi como profesor en un instituto bilingüe de Eslovaquia, lugar donde trabajé otro año, pero ya habría que retroceder al año 1995. A esto debo de añadir mis años de lector en universidades como la de La República Checa, Bulgaria o Suecia. Es decir, podría recoger tres perfile básicos de estudiantes que han sido un referente en mi quehacer como profesor de ELE hasta la fecha presente; adolescentes adscritos al programa educativo del MEC, estudiantes universitarios y alumnos adultos de diferentes procedencias y con unas motivaciones más concretas que los anteriores grupos.
¿Para qué institución o centro trabajo?
En la actualidad trabajo como profesor en el Instituto Cervantes en Chicago. Anteriormente, y según concretaba en mi presentación, trabajé en el IC de Bucarest.
¿Cuáles son mis funciones?
Mi trabajo consiste básicamente en ofrecer la mayor gama posible de cursos, coordinar otros con otros profesores, participar en reuniones de coordinación en el área académica, ayudar en la administración y realización de los exámenes DELE, participar en proyectos de centro y ayudar a otros profesores colaboradores. Entre tanto, suelo trabajar en otros proyectos que tienen que ver con la elaboración de materiales didácticos y la investigación en las NN.TT.
¿Qué esperan de mí?
Básicamente un estudiante de español tiene como meta el poder percibir que su nivel de dominio de la L2 se ostensiblemente mejorando contando, por supuesto, con su colaboración, interés e implicación. En muchos casos yo me veo más como un transmisor de conocimientos lingüísticos y como un facilitador de recursos con los que los alumnos pueden crear en espacio propio en el aula.
Antonio, gracias por esta generosa reflexión. Has dicho dos cosas que me interesan especialmente. Estoy de acuerdo contigo en que un profesor, para poder ser un buen profesor en una realidad tan compleja y cambiante como es el aula, en este caso de segundas lenguas, debe ser flexible. Es fundamental.
ResponderEliminarOtra cuestión está relacionada con la competencia docente y cómo las habilidades para el enseñanza de la interacción oral se adquiere con la práctica. Yo no conozco trabajos en este sentido, pero si es así, habría que hacer algo desde los programas de formación. Quizás es que hay una laguna en la formación inicial y continua en la que no se enseña a los profesores a enseñar a hablar ¿Qué te parece a ti?
Te agradezco el comentario Cristina,
ResponderEliminarAhora que me planteas esa pregunta, tal y como se presenta actualmente la oferta de cursos de formación del profesorado de Ele, creo que hay una gama más o menos variada que puede satisfacer esta parcela de la enseñanza de la L2. Se me ocurre pensar en artículos o talleres que se basaban en el factor emocional en el aprendizaje de las lenguas extranjeras. Otra rama asociada a la forma en cómo el profesor podría hacer unas intervenciones efectivas en el aula podría ser el manejo del factor MOTIVACIÓN (Motivación extrínseca, Motivación instrumental, Motivación integradora, Motivación intrínseca, comentada en el diccionario del CVC) en el proceso de aprendizaje del alumno, así como la teoría y práctica de la dinámica de grupos. En este sentido me ha parecido muy interesante el último tema que nos incluiste sobre la era post-métodos !!!